LA INVASIÓN DE LOS PROGRAMAS CUTRES
Desde que apareció Telecirco, la calidad de la televisión en España ha descendido peligrosamente. La telebasura ha ido ocupando más espacio en nuestras pantallas, aunque lo que está claro es que debe ser rentable, porque no sólo mantiene su audiencia esa cadena, sino que algunas otras se han animado a realizar programas de dudosa valía. Menos mal que Cuatro y La Sexta han traído algo de aire fresco a las pantallas.
Pero últimamente se está produciendo una tendencia masiva de prácticamente todas las cadenas a llenar los espacios nocturnos con programas-concurso en los que un o una dicharachera presentadora nos intenta convencer para que llamemos a un número de teléfono, facilitando una solución a un enigma que proponen. Estos problemas se pueden dividir en dos grupos:
- Los que tienen una solución clara que la inmensa mayoría de la población conoce.
- Los que pueden tener mil soluciones, por su ambigüedad en la pregunta o en las opciones de respuesta.
Entre ellos encontramos problemas matemáticos, puzzles, refranes por completar, personajes fantasma,... Todo un abanico de posibilidades, que está siendo explotado hasta la saciedad en horarios que aún son decentes, al menos para una persona en el paro.
Nunca he llamado a uno de esos concursos, pero conozco testimonios de personas que lo han hecho, y según comentan, tras ser atendidos por una contestador automático la espera se eterniza hasta el punto de que nunca han logrado hablar con una persona o pasar al programa en directo.
Mis dudas surgen acerca de la ética de estos programas, porque está comprobado que engañan a una parte de la población. Si no es ético ganar dinero a costa de la manipulación malintencionada de los demás, ¿no es aún mucho peor hacerlo de una forma tan manifiesta?
Una explicación sobre la proliferación de estos programas debe ser que las televisiones en abierto tienen la obligación de llenar la parrilla de programación hasta determinados horarios. Y estos programas se convierten en el mejor aliado: minúsculos costes de producción, que se costean a través de las llamadas de pobres inocentes.
¿Qué opináis de ellos?
3 comentarios
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julian toloba diaz -
Gerardo -